Podemos continuar viendo como Alfred
Hitchcock, en el relato “Yo confieso”,
no puede dejar de conservar muchos de los principios en los que sistemática y
recurrentemente insiste el director inglés; “lo que parece ser, no es como
parece ser”.
La película, como bien lo expresa Kralik (2012),
“está rodada justo después de Extraños en un Tren (1951) con la que guarda cierta similitud al
narrar una especie de intercambio de asesinato; intercambio que da lugar al
falso culpable, es decir, una persona cometió un crimen y otra, que podría
haberlo cometido, es acusada de ello” poniendo en juego a la culpabilidad como
tema central de este ensayo.
Esta
ocasión, contamos con una cinta de suspenso del director Alfred Hitchcock, Yo Confieso
(1952), en la cual un emigrante alemán, Otto Keller (Otto E. Hasse), trabajador
en una parroquia de
Quebec, asesina al abogado Villet (Ovila Legare) cuando éste le sorprende
robando en su casa. Lleno de remordimientos, Keller confesará su crimen al
padre Logan (Montgomery Clift). Éste, conoce la verdad a través de la confesión
del verdadero culpable, pero, fiel a los principios del sacerdocio católico, no
la puede revelar por constituir
“secreto de confesión”.
La
policía no tiene muchas pistas y una serie de eventos terminan poniendo al
sacerdote, quien no puede revelar el secreto de la confesión, como principal
sospechoso del crimen. Así lo expone Puccini (s.f.): “El falso culpable, como
tema recurrente en la filmografía del director Británico, aparece aquí de
nuevo, encarnado esta vez en un sacerdote con una rotunda y muy clara idea de
lo que significa un voto de confidencialidad”.
Hitchcock con este film nos quiere a da a conocer que la culpabilidad tiene derivaciones muchos
más complejas, ya que el hombre asesinado estaba chantajeando a una vieja amiga
del sacerdote, ahora casada. Es por esta razón que la confesión del sacristán aparece reflejada en la cinta como confesiones
de culpabilidad, de amor, de pasado silencioso y de pasión reprimida, las
cuales se hallan equilibradas en el personaje principal.
Por otro lado se encuentra Anne Baxter quien al principio de la obra Hitchcock nos la
presenta como una mujer que sabe algo sospechoso, lo cual nos hace dudar de la
inocencia del padre transfiriéndonos que ha hecho algo y que tiene parte de
culpa.
El filme, se convierte en una sucesión de
confesiones ocultas, tras las cuales, cada personaje quedará desnudo ante su
autentica realidad. Desde luego nos damos cuenta que esta mujer lo que esta es
sufriendo por la injusta acusación de la que es víctima su amor de juventud.
Tras
haber sido la ciudad de Quebec como el escenario donde se desarrollaría la
historia, debido a que esta era una ciudad rica en tradiciones del catolicismo
francés, donde abundaba la religiosidad, los hábitos sacerdotales y las
imágenes de Cristo crucificado, el autor nos sigue demostrando totalmente el falso sentido de culpa hacia
Logan, representándonos en una escena la imagen de cómo Jesús cargo con el
pecado del mundo. En algunos momentos, se llega a pensar que el Padre Logan es un personaje masoquista,
que opta por el camino más difícil para solucionar sus problemas, a sabiendas
del sufrimiento que esto puede provocarle. Pero las actuaciones de Logan son
excelentes. Demostrando la perfección
del sacerdote con una fe inquebrantable.
Además
el propio juicio, resultará una adversa representación, en la que la justicia
se ve incapaz, no solo de esclarecer el caso, sino, incluso, de mantenerse
imparcial. La nueva situación, hará aflorar los verdaderos intereses, hasta
ahora convencionalmente correctos, del amigo fiscal, del frío inspector o,
incluso, de un manipulable pueblo entero.
Pero
toda esta serie de confesiones pondrán “patas arriba”, la doble moral de una
sociedad, preocupada por mostrar su perfil amable, a costa de mantener en la
sombra la existencia de esa misteriosa cara oculta.
En fin el cineasta jugó con la falsa evidencia y la culpabilidad, construyendo
una intriga con astucia e inteligencia alrededor de tres personajes tipo: el
culpable, el falso culpable y el investigador y lo importante de esto es que el
espectador cae en la trama; por ello, las obras de Hitchcock son excelentes. No se trata de una mera
historia de un crimen; implica muchos dilemas morales y contiene un
muy interesante análisis del miedo y la culpa.
Bibliografia
Citada
Kralik (2012). Archivos de Cine. “Yo
Confieso”. Tomado el día 18 de abril de 2012 desde http://archivosdecine.blogspot.com/2012/01/yo-confieso.html
Puccini, P. (s.f.). Aloha Criticón. “Yo
Confieso (1953) de Alfred Hitchcock”. Tomado el día 19 de abril de 2012 desde http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1284.html
Bibliografia
Consultada
Miguel (2008). Filmaffinity. “La Confesión”.
Palma de Mayorca, España. Tomado el día 19 de abril de 2012 desde http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/723503.html
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