jueves, 19 de abril de 2012

El Falso Culpable en el relato Yo Confieso (1952)


Podemos continuar viendo como Alfred Hitchcock, en el  relato “Yo confieso”, no puede dejar de conservar muchos de los principios en los que sistemática y recurrentemente insiste el director inglés; “lo que parece ser, no es como parece ser”.  
La película, como bien lo expresa Kralik (2012), “está rodada justo después de Extraños en un Tren (1951) con la que guarda cierta similitud al narrar una especie de intercambio de asesinato; intercambio que da lugar al falso culpable, es decir, una persona cometió un crimen y otra, que podría haberlo cometido, es acusada de ello” poniendo en juego a la culpabilidad como tema central de este ensayo.
Esta ocasión, contamos con una cinta de suspenso del director Alfred Hitchcock, Yo Confieso (1952), en la cual un emigrante alemán, Otto Keller (Otto E. Hasse), trabajador en una parroquia de Quebec, asesina al abogado Villet (Ovila Legare) cuando éste le sorprende robando en su casa. Lleno de remordimientos, Keller confesará su crimen al padre Logan (Montgomery Clift). Éste, conoce la verdad a través de la confesión del verdadero culpable, pero, fiel a los principios del sacerdocio católico, no la puede revelar por constituir “secreto de confesión”.
La policía no tiene muchas pistas y una serie de eventos terminan poniendo al sacerdote, quien no puede revelar el secreto de la confesión, como principal sospechoso del crimen. Así lo expone Puccini (s.f.): “El falso culpable, como tema recurrente en la filmografía del director Británico, aparece aquí de nuevo, encarnado esta vez en un sacerdote con una rotunda y muy clara idea de lo que significa un voto de confidencialidad”.
Hitchcock con este film nos quiere a da a conocer  que la culpabilidad tiene derivaciones muchos más complejas, ya que el hombre asesinado estaba chantajeando a una vieja amiga del sacerdote, ahora casada. Es por esta razón que la confesión del sacristán  aparece reflejada en la cinta como confesiones de culpabilidad, de amor, de pasado silencioso y de pasión reprimida, las cuales se hallan equilibradas en el personaje principal.
Por otro lado se encuentra Anne Baxter quien al principio de la obra Hitchcock nos la presenta como una mujer que sabe algo sospechoso, lo cual nos hace dudar de la inocencia del padre transfiriéndonos que ha hecho algo y que tiene parte de culpa.
 El  filme, se convierte en una sucesión de confesiones ocultas, tras las cuales, cada personaje quedará desnudo ante su autentica realidad. Desde luego nos damos cuenta que esta mujer lo que esta es sufriendo por la injusta acusación de la que es víctima su amor de juventud. 
Tras haber sido la ciudad de Quebec como el escenario donde se desarrollaría la historia, debido a que esta era una ciudad rica en tradiciones del catolicismo francés, donde abundaba la religiosidad, los hábitos sacerdotales y las imágenes de Cristo crucificado, el autor nos sigue demostrando  totalmente el falso sentido de culpa hacia Logan, representándonos en una escena la imagen de cómo Jesús cargo con el pecado del mundo. En algunos momentos, se llega a pensar que el Padre Logan es un personaje masoquista, que opta por el camino más difícil para solucionar sus problemas, a sabiendas del sufrimiento que esto puede provocarle. Pero las actuaciones de Logan son excelentes. Demostrando la  perfección del sacerdote con una fe inquebrantable.
Además el propio juicio, resultará una adversa representación, en la que la justicia se ve incapaz, no solo de esclarecer el caso, sino, incluso, de mantenerse imparcial. La nueva situación, hará aflorar los verdaderos intereses, hasta ahora convencionalmente correctos, del amigo fiscal, del frío inspector o, incluso, de un manipulable pueblo entero.
Pero toda esta serie de confesiones pondrán “patas arriba”, la doble moral de una sociedad, preocupada por mostrar su perfil amable, a costa de mantener en la sombra la existencia de esa misteriosa cara oculta. 
En fin el cineasta jugó con la falsa evidencia y la culpabilidad, construyendo una intriga con astucia e inteligencia alrededor de tres personajes tipo: el culpable, el falso culpable y el investigador y lo importante de esto es que el espectador cae en la trama; por ello, las obras de Hitchcock son excelentes. No se trata de una mera historia de un crimen; implica muchos dilemas morales y contiene un muy interesante análisis del miedo y la culpa.

Bibliografia Citada
Kralik (2012). Archivos de Cine. “Yo Confieso”. Tomado el día 18 de abril de 2012 desde http://archivosdecine.blogspot.com/2012/01/yo-confieso.html
Puccini, P. (s.f.). Aloha Criticón. “Yo Confieso (1953) de Alfred Hitchcock”. Tomado el día 19 de abril de 2012 desde http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1284.html
Bibliografia Consultada
Miguel (2008). Filmaffinity. “La Confesión”. Palma de Mayorca, España. Tomado el día 19 de abril de 2012 desde http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/723503.html


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