Los 39 escalones, película de Alfred Hitchcock de 1935,
presenta sin lugar a duda ironías religiosas, sarcasmos, humor y sin lugar a
duda suspenso. En este segundo ensayo,
nos detendremos a escudriñar los elementos más tajantes de ésta película de
Hitchcock, los cuales dan forma a la trama por medio de los ya conocidos
Modelos Actanciales, mencionados por tan diversos autores en el campo del cine.
Tomando como punto de partida al falso culpable, uno de
sus temas favoritos, Muñoz (2011) señala que “Hitchcock sabe jugar habilidosamente con los
elementos que parten de una premisa mínima, para acabar sumergiendo al
espectador en un entretenimiento memorable”. Con respecto a esto, posterior a un asesinato, le es revelado a Richard Hannay (el protagonista) sólo
dos pistas para intentar localizar a una banda de espías: un mapa de Escocia y
unas palabras, "los 39 escalones".
A
través de este incidente, el sujeto experimentara
la pesadilla de Hitchcock de la
impotencia del inocente, ante una inexplicable pero evidente acusación de
asesinato cometido en su propio apartamento. Aunque aquí, sin excesivas
dramatizaciones y sin perder la distinguida ironía, Hitchcock, convierte la
persecución en un viaje con dos tramas, en donde el protagonista se involucrara
en la trama amorosa tanto como en la trama enfocada en el delito.
En
un artículo publicado por Aloha Criticón, se expone con toda razón, que “el
tema, tan del gusto de su director, vuelve a ser el del ciudadano corriente metido
en apurados líos que pueden terminar acabando con su existencia”.
Dejando
en claro el sujeto, damos paso al segundo elemento del primer eje actancial, el
objeto, el cual, a lo largo del filme, el protagonista se convierte en
perseguidor de encontrar algún amorío,
pero a la vez, o por lo cual, debe demostrar su inocencia. Hitchcock juega
mucho con este dilema entre amor-inocencia, ya que a inicios de la película, el
protagonista por invitar a una joven desconocida a su apartamento sufre las
consecuencias de verse implicado en un delito y en una confusión entre espías,
policías y secretos de estado.
En un segundo eje, se cuenta con el ayudante y el
oponente del sujeto. Tomando como referencia una escena del filme, hacemos
hincapié al ayudante de Richard Hannay.
El protagonista, tras convertirse en
perseguido por
la policía, se entera por el periódico de que, está siendo
sospechoso de un asesinato, es el blanco de una persecución a escala nacional.
Desesperado, para disimular, entra en un compartimiento y besa a la solitaria
ocupante, la atractiva Pamela, en un intento por evitar ser detenido y, al mismo tiempo, intentar demostrar su inocencia.
Rescatamos esta parte de la historia, ya que entra en escena una segunda mujer,
(ya que anteriormente Hannay había contado con la presencia de la dama a la
cual invito a su apartamento) y con esta segunda mujer, evidenciamos la figura
femenina que a lo largo de la historia toma gran valor en la posición de
ayudante del sujeto antes mencionado.
El protagonista encuentra en esta figura femenina, el
respaldo para poder demostrar su inocencia y además la posibilidad de poder
encontrar el amorío que se propuso en un principio.
Como obstaculizador del sujeto, señalamos al Profesor
Jordan, a quien Hitchcock da el sarcástico atributo de tener 100 nombres y
estar en todas partes; mencionamos sarcástico por el hecho de hacer referencia
al bien y al mal, en este caso y sin lugar a duda, el cineasta pone en escena
al demonio personificado en el oponente del sujeto (el temible hombre a quien
le faltaba la mitad de su dedo menique).
Sin intenciones de querer agotar al lector, hacemos
referencia al último, pero no menos importante eje de los modelos actanciales,
el destinado a marcar la ideología en la trama de la historia. Son el
destinatario y el destinador los elementos claves del eje numero tres.
Como beneficiario de la acción, en cualquier caso no deja
de ser Richard Hannay. Pero antes que nada, haremos referencia al destinador lo
cual llegaría a ser el motivo de la acción, y este sería, juntar información
muy importante acerca de la ingeniería militar del país, por lo cual, y
consecuentemente, el destinatario de la trama seria Inglaterra como Estado y
país desarrollado.
Finalmente retomando la primeria oración del párrafo
anterior, el protagonista Richard Hannay toma también el papel de destinatario ya
que tras el desenlace de la historia, es él quien logra declararse inocente, y
es él quien logra encontrar el amorío en Pamela.
Bibliografía Citada
Lapresta,
A. (s.f.). Aloha Criticón. Los 39 escalones (1935). Tomado el día 08 de marzo
de 2012 desde http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article373.html
Muñz, E. (2011).
Lo Que Coppola quiera: Blog de Cine. 39 Escalones de Alfred Hitchcock. Tomado
el día 08 de marzo de 2012 desde http://loquecoppolaquiera.blogspot.com/2011/10/39-escalones-39-steps-1935-de-alfred.html
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