miércoles, 2 de mayo de 2012

La mirada de Hitchcock, nuestra mirada


Hasta el momento son ocho los ensayos que analizan diversas perspectivas de las películas del cineasta Alfred Hitchcock. En este noveno encuentro, ensalzamos la capacidad de Hitchcock para jugar con una serie de elementos dentro de la película “La ventana indiscreta” (1954). Son variadas las ideas y sensaciones que surgen a raíz del análisis del filme; sin embargo, nos detendremos a analizar únicamente el elemento llamado por muchos “narratario”, lo que sería igual a decir “espectador implícito”; símbolo esencial y característico del cineasta que en la película antes mencionada toma gran relevancia y especificidad.
Partiremos también en este caso de una pregunta base: ¿Cuáles son las ideas que quedan plasmadas en toda la historia de “La ventana indiscreta” en relación con la perspectiva de espectador implícito que tiene Hitchcock?
Se analiza esta película con la clara idea de que hay una serie de rasgos centrales por parte del  narratario y que no necesariamente deben coincidir con nuestros rasgos como espectadoras reales. Primeramente desarrollaremos el tema central de la película para luego poder analizar con más detención los rasgos antes mencionados.
La historia que cuenta el cineasta a través de esta película es la vida de un hombre fotógrafo que debido a un accidente sufre la fractura de una de sus piernas lo que lo sentencia a pasar varias semanas, incluso meses inmóvil y en reposo en su casa de habitación. Cabe destacar aquí, que el lugar en donde el protagonista (Jefferies) vive, es una especie de vecindario urbano, lleno de apartamentos muy pegados entre sí y con visibles ventanas desde cualquier punto del lugar.
La trama inicia a partir de este hecho, ya que impulsa Jefferies a observar a sus vecinos a diario y durante todo el día, incluso toda la noche. La curiosidad en él se alimenta y crece sin precaución, al creer ser testigo (a raíz de fisgonear constantemente a sus vecinos), de un asesinato. A partir de este hecho, la historia se desenvuelve con hipótesis y suspenso por parte del protagonista, a quien mencionaremos constantemente ya que representa al espectador implícito que creó Hitchcock en la trama.
En un sentido más amplio, según García (s.f.) en toda película de suspense que se precie, la intensidad narrativa juega un papel importante, donde la trama principal aumenta en progreso, casi como el calor que sufre el protagonista por la canícula que asola la ciudad. Es impresionante como Hitchcock nos trasmite la deshumanización de las grandes ciudades que conlleva a la indiferencia ante la vida de nuestros vecinos. Es, en otras palabras, vivir en panales aislados en los que sólo compartimos los tabiques que a su vez nos separan.
Se muestra además, una pequeña poética cinematográfica (por así decirlo), demarcando fuertemente cual es la percepción de cine para Hitchcock; esto se representa mediante los personajes, que a través de todos sus filmes discuten las temáticas esenciales que el cineasta aborda. Todo esto tiene que ver con la forma en que Hitchcock ve su propio cine. La película es un claro manifiesto; es todo lo que el cineasta desarrolla a partir de su propia estética.
El personaje principal de este filme, Jefferies como anteriormente se mencionó, es la encarnación propia de los espectadores de los filmes de Hitchcock. Con esto se quiere decir que se ven asesinatos, crímenes y demás, sin la capacidad de impedir que esto ocurra, pero eso sí, con la constante curiosidad de observar aunque lo que estos miren sean escenas poco gratas u obscenas, por lo cual no deberían ser vistas nunca, al ser estas in aceptadas socialmente.
De esta manera y con esta drástica característica que Hitchcock tiene de su público, expresa el sentir tanto del espectador implícito como de los espectadores de carne y hueso; esa necesidad de observar lo inobservable para la sociedad, y esa incapacidad de volver la vista ante una escena desgarradora; son características que el cineasta logra crear en el espectador y por medio del narratario lo expresa con gran sutileza.
Finalmente,  así como expresa Mateos (s.f.): “Quien mira irreflexivamente hacia fuera de las ventanas corporales, es atraída en contra de su voluntad por peligrosas delectaciones” (p.21). La cámara es nuestra mirada que se introduce furtivamente para verlo. La ventana separa el afuera del adentro, es el umbral del fuera de campo. A la vez también la ventana puede comunicar la identidad de quien reside tras ella. Pero sin olvidar que ésta puede ser la entrada al misterio o la salida para la incontinencia de los ojos.

Bibliografía
García, F. (s.f.). "La ventana indiscreta"(1954) de Alfred Hitchcock. Tomado el día 01 de mayo de 2012 desde http://ozonopinoclub.blogspot.com/2011/09/la-ventana-indiscreta-de-alfred.html

Mateos, F. (s.f.). La mirada de Alfred Hitchcock. Tomado el día 01 de mayo de 2012 desde http://es.scribd.com/doc/79348272/flavio-mateos-la-mirada-de-alfred-hitchcock


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